sábado, 16 de abril de 2011

Parte 6

-¡Deténte, Eld! - repitió la gotita.
La pluma no parecía querer escuchar pero segundos después se calmó y el brillo cesó. El viajero permaneció viendo la pluma un instante y se acercó para agarrarla de nuevo y colocarla en su espalda.
-Ehm... - dijo la chica que aún seguía atada con la raíz del árbol.
-Oh, lo siento - dijo Sckaifer alzando la mano hacia la raíz y ésta soltó a la chica.
-Descuida - respondió ella sacudiendose la tierra. - Eso fue asombroso. Tienes que decirme cómo lo hiciste.
El viajero hizo como si no hubiera oído esto último y suigió caminando.
-Vamos, tenemos que llegar a las montañas.
De nuevo caminaron un tramo en silencio. Pero Sckaifer no pudo disfrutar por mucho de la tranquilidad que ofrecía el bosque de media tarde, con su fresca brisa que hacía danzar a las hojas sueltas y que caían de los árboles al rededor de ellos ,y los haces de luz que se colaban por entre las ramas mostrándoles el camino. Wasser y Eld comenzaron a cantar:

♪...tabernero traiga más cervezas
que de un viaje venimos,
del otro lado del mundo,
a cerveza beber.
Encontramos riquezas inimaginables no debajo de una X,
si no en el fondo del mar.
Las olas no pudimos beber,
por eso venimos a su bar...♫

La chica no tardó en aprenderse el coro de la canción y cantar con ellos.

♫...tragos para todos,
pues el oro en nuestras arcas está
y en tu cuenta pronto estará...♪

Sckaifer no se unió al canto. Sin embargo, cuando terminaron la canción, se encontró a sí mismo repitiendola en su cabeza una y otra vez.
Así siguieron durante un buen rato; ya fuera que Eld o Wasser comenzaran otra canción para que después la joven se les uniera, una vez que se hubiera aprendido cuando menos el coro.
-Vamos, Sckaifer, ¡canta! - le decía la pluma, agitándose un poco para tratar de convencerlo.
-No - le contestaba éste, tratando de no sonar tosco.
-¡Anímate, Sckaifer! - añadió la chica.
No lograron convencerlo, así que continuaron cantando alegremente durante varias canciones más (algunas repetidas).
En uno de esos momentos entre canción y canción Sckaifer decidió, por fin, hacer una pregunta importante que se les había escapado.
-Oye... no nos dijiste tu nombre - dirigiéndose la chica. Eld y Wasser se sorprendieron al darse cuenta que ellos tampoco habían pensado en eso.
-¡Oh! - dio un respringo y se plantó delante de ellos. Hizo una reverencia y se disculpó por haber olvidado aquél detalle tan importante. - Mi nombre es Aurinko - dijo sonriéndo ampliamente.
-Mucho gusto, Aurinko. - Dijo Wasser desde su frasquito.
-¡Bienvenida al grupo! - añadió Eld.
Sckaifer no dijo nada pero abrió mucho los ojos, sorprendido por lo que acababa de decir Eld. Por poco y grita "¿¡Qué?!" pero pensó que se escucharía muy descortés. A pesar de eso, Aurinko notó la expresión en su rostro.
-Este...oye, y ¿de dónde vienes? - quizo saber Eld.
La mirada de Aurinko cambió un poco, se hizo un tanto más sombría. Pero no duró más que un segundo así.
-Ah, eso no tiene mucha importancia - dijo al momento que giraba entorno a sí misma y emprendía de nuevo la marcha.
Sckaifer no se movió.
-Si viajarás con nosotros es justo que sepamos, al menos, eso de ti.
Aurinko no respondió.
-¿Por qué te perseguían esos hombres? - conitnuó Sckaifer - ¿estas escapando? ¿hiciste algo? - el aire se tornó un poco tenso. Eld y Wasser no dijeron nada. - Al menos dínos ¿de qué lado estas?
-¡No hice nada malo! - espetó abruptamente la chica dándose la vuelta y apretando los puños.
-No te enfades, no sabemos nada de ti, por eso te lo pregunto.
Aurinko se obligó a relajarse y respondió:
-Sí, lo siento. - Bajó la mirada y dió un suspiro. - Lo que pasa es que... no importa. Vengo de un pueblo cercano... - comenzó a avanzar de nuevo y esta vez los demás sí la siguieron. 
-¿De cuál? - preguntó Wasser.

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