lunes, 29 de agosto de 2011

Parte 24- Decisiones


Todos los mercantes, y la gente que estaban cerca de ahí contemplaban con asombro la presencia de la princesa incluso hubo quienes dudaron en acercarse a verificar el rostro de la llamada  de aquella personalidad famosa por que creían que no era más que una broma de mal gusto., la ropa lucia desaliñada en aquellas personas en tonos pastel diluidos como si los hubiesen lavado miles de veces y dejados expuestos al  sol por días enteros dejando que este consumiera su teñidura.
Pronto los más curiosos perplejos por lo que veían comenzaban cada vez más a gritar – ¡es la princesa!,  ¡a regresado!- algunos se sentían afortunados al tener frente a ellos a la noble princesa, otros recordando aquel delito inculpado de la princesa la miraban con sumo desprecio.
 Sckaifer pronto  se vio afectado por la atención de todos en el lugar, pensaba apresuradamente como salir de ahí lo más pronto posible, una idea se empezaba a concretar en su mente desafortunadamente fue interrumpida por un grito agudo de una mujer
-¡Mi puesto por favor ayuda!- gritaba la mercante  con las manos en la cara dejando notar su rostro pálido y gastado por los años., la muchedumbre pronto giro para ver cómo un puesto de frutas se consumía en las llamas, la cosecha roja había intensificado rápidamente su color a esto se le sumaba que las llamas empezaban a  apoderase bruscamente de la tela que hacía de techo en el  puesto, algunas personas se tapaban la boca con las manos al ver aquella desgracia, otros dejaban caer sus víveres comprados, dejando pasar ciertos segundos de shock algunos hombres corrieron hacia la tienda para ayudar a la mujer que se encontraba dentro del puesto desesperada, olvidándose así de la presencia de la princesa prestando única atención a aquellas llamas crecientes.
Aurinko veía mortificada como las llamas crecían cada vez más, creando inmensas nubes de humo oscuro cual carbón desasiéndose en una fogata intensa, las llamas eran tan grandes que al acaparar pronto un gran espacio en el aire estas comenzaron a tocar el puesto vecino el cual era de ropa de segunda mano, cruel circunstancia pues la ropa acelero el proceso del fuego, ahora no solo era el puesto de frutas si no también el de ropa, el área donde se encontraban Sckaifer y nuestros amigos era un poco angosto, así que para aprovechar el espacio los mercantes dejaban poco margen de separación para cada puesto.
le gente corría con cubetas de agua angustiada pues era la primera vez que pasaba eso  en aquella área , difícil de creer, pero en Aeridia el fuego no es tan elemental para la vida cotidiana y el ser testigos de un incendio era una catástrofe descomunal.
Brann regresaba al bolsillo de Sckaifer gritando – ¡Es ahora o nunca huyamos!, Sckaifer al oír las palabras de Brann, sentía la sensación de golpes al rostro pues se daba cuenta como la pequeña flamita había hecho tal desastre. Un mini debate en su mente se ejecutaba, era ayudar a aquellos indefensos o salir corriendo para no ser vistos, sin vacilar Sckaifer cerró los ojos y corrió lejos de ahí antes que su  conciencia lo hiciera regresar, por su mente pasaban palabras hirientes hacia el mismo diciéndose como podía haber sido tan cruel y abandonar a gente que necesitaba su ayuda.
Aurinko le siguió con lagrimas en los ojos pues su gente estaba siendo afectada por aquel incendio, pronto se detuvo viendo como Sckaifer se alejaba cada vez más con Eld en la espalda y Wasser y Brann en sus bolsillos., giro unos 180 grados y con un rostro inconsolable lleno de tristeza, levanto la mano derecha seguido de su dedo índice girándolo formando círculos, pronto comenzaron a salir  ondas que a su vez se hicieron ráfagas de viento  en dirección a los puestos incendiándose, los vientos absorbían el fuego tan rápido como se movían, los puestos comenzaban a levantarse de sus yacimientos débiles que no eran más que estacas clavadas y piedras para hacer contrapeso., los vientos con el fuego apresado tomaron forma de un remolino carmín que se elevo pronto a los cielos y estallo dejando caer cenizas y algunos retazos chamuscados  de la ropa de segunda mano.
-Lamento no haber podido hacer más- se susurro así misma, las lagrimas seguían deslizándose sobre sus mejillas cayendo al piso, un silencio  brusco cortaba la tensión entre los mercantes y las sobras de lo que lo había sido aquel incendio… un grito estallo entre aquella paz mortífera – ¡mi puesto, mi puesto!- repetía solloza la mujer mientras se derrumbaba en la tierra apoyándose en sus manos, Aurinko no pudo soportarlo más pero en su mente pensaba que si acudía en ayuda de su pueblo, pronto la encarcelarían por aquel delito del que la acusaban que era la razón  principal de haber huido de ahí y secándose las lagrimas con su mano izquierda dio espalda al mercado y corrió tratando de encontrarse con Sckaifer que le llevaba mucho tramo de ventaja.
-¡No puedo creer que haya hecho eso!- se gritaba así mismo sentándose en una piedra a orillas de un  pequeño estanque.
-Era necesario- dijo Brann saliendo del bolsillo de Sckaifer, Wasser y Eld estaban tan sorprendidos que no había podido formular ninguna palabra desde el comienzo del incendio.
-¡ACASO ESTAS LOCO!- gritaba furioso mientras tomaba a Brann apretándolo con su mano y elevando para aventarlo al estanque… pero se contuvo y soltándolo a la orilla pensaba  si la gente había calmado el incendio pero sobre todo si la mujer del puesto de fruta había salido viva de las llamas, mientras más lo pensaba mas se hacía evidente el peso de su conciencia como si un elefante se posara en una de sus patas sobre el., Sckaifer tenía un gran sentido de la responsabilidad que iba de la mano con la conciencia el cual no le permitía hacer actos encontrar de los reglamentos como la situación en Lion Teeth y peor aun dejar a alguien en peligro.
-Soy un gran idiota- susurraba mientras se ponía las manos en los ojos con la cara viendo al suelo, Wasser se movía de en su frasquito y saliendo de él, un poco más sereno por la impresión se dirigió a Sckaifer y le dijo – Entiendo completamente como te debes sentir, quizás no por tu sentido de conciencia por qué no comparto esa cualidad contigo… pero si por la preocupación de aquella situación, sabes cómo  me hacen sentir las situaciones tristes y aun mas cuando no puedo hacer nada para cambiar su condición…
-Sabemos que lo que paso fue un gran error, pero hubiera sido un mayor error el dejar que se dieran cuenta de nuestra presencia sobre todo cuando estamos en  un lugar desconocido y no sabemos quienes ronden por aquí, tenemos a esos estúpidos “pollosmutantes” siguiéndonos el rastro- decía Eld apresurada como si las palabras se hubieran acumulado una tras otra presionándose desde el incendio.
-¡Vaya, te tenían cocida la boca jajá!- decía riendo Wasser para romper un poco la tensión, Eld no le replico nada, algo extraño en ella pero Eld suponía las intenciones de Wasser y con un empujoncito contra Sckaifer dijo- vamos Sckaifer tu mismo viste como ellos mismos arreglaban la situación… ahora solo queda preguntarle a Aurin… por cierto donde esta “la niña misterio”- se preguntaba sarcásticamente Eld.
Sckaifer se percato que no estaba con ellos, una mezcla de preocupación con enojo yacía dentro del,  se preguntaba por qué le importaba Aurinko si había mentido desde un principio… y poniéndose de pie mirando alrededor se puso en marcha para encontrarla al menos para recibir una explicación a tantos cabos sueltos.
-¡Hey no me dejes aquí!, te estoy hablando…- decía desde el suelo Brann, pero Sckaifer hizo caso omiso de él y siguió caminando, Brann seguía replicando mientras saltaba cortas distancias siguiéndolo hasta que Sckaifer se volteo bruscamente y  mirando con una expresión llena de desprecio y decepción que dirigía hacia el piso donde se encontraba Brann el cual sintió como los ojos de aquel muchacho se empezaban a tornar violeta opaco, era la primera vez que Brann notaba que Sckaifer  podía cambiar el color de su iris, y cortando tajantemente el sentimiento de furia  que resentía vacilante dijo - ¿Por qué tus ojos se empiezan a tornar violetas?-
Un silencio cayo cual calidez del sol los envolvía, pues ya era mediodía y sin avisar el tiempo había pasado volando.
-Sckaifer puede que no sea un libro abierto en emociones- decía Eld desde la espalda de Sckaifer
-Y menos en el lenguaje corporal, así que, bueno eres observador además de insensato- le reprocho Wasser recordándole a Brann su acción torpe – vaya que te has metido en un lio pequeña bola de lava, para que Sckaifer te tenga tanto coraje que hasta lograste que sus ojos cambiaran de color, eso solo pasa rara vez cuando Sckaifer realmente se enfurece…- termino Wasser explicándole a Brann.
Sckaifer se trago todo el resentimiento que iba a dejar caer sobre Brann, pues pensó que era suficiente con la  explicación de Wasser y Eld sobre el grado de su enojo.
Aurinko por otra parte se encontraba con los brazos abrazándose a sí misma con los ojos llorosos se preguntaba dónde estaría Sckaifer y por ende los demás, mirando algunos árboles con nostalgia  seguía  un camino incierto pensando en  aquellos acontecimientos que habían ocurrido en el pasado, detestaba la idea de estar sola, quizás fue mal momento para meditar pues tenía en mente lo de aquel incendio  a eso se le sumaba el sentimiento de incertidumbre en cuanto  a cómo se sentirían los demás con su mentira, Aurinko se sujeto mas fuerte así misma y con un suspiro profundo trato de serenarse ahora lo que importaba era no ser vista y encontrar a sus perdidos compañeros.
mientras tanto en aquella parte afectada del mercado la gente más tranquila, se preguntaba donde estaba aquella joven idéntica a la princesa, con todo ese tumulto habían olvidado por completo su presencia y ahora estaban más intrigados de si su casi gobernadora estaba de regreso.
Pronto llegaron autoridades al área, tras una alarma que detono su inminente presencia, aquellas personas por así decirlo hacían de alguna manera una especie de policía, vestían  trajes de color azul pastel con los bordes delineados en blanco, debajo de aquella ostentosa tela en la parte superior vestían camisas  de color blanco azulado resaltando así el conjunto de color, sin mencionar los zapatos que eran idénticamente del mismo tono del traje camuflajeandose con el atuendo entero como si se tratara de una sola pieza desde el cuellos hasta los pies, una gran placa dorada en forma de triangulo invertido yacía puesto en la parte superior izquierda de aquellos hombres digamos a la altura de su corazón, una daga brillaba con ánimo  colgante de cada cinturón blanco llevado por cada de uno de los susodichos., tales personajes sobresalían estrepitosamente del resto de la gente, un atuendo ridículo y poco serio para una autoridad fue lo que se dijo aquel día que la nueva persona en el trono cambio drásticamente el antiguo uniforme de los “ policías”.
-entonces dígame, antes del incendio repítame la parte de la muchacha- interrogaba  un oficial a un mercante.
-no lo sé, quizás no era ella, quizás era una persona de mucho parecido, no puedo recordar mucho después de esta catástrofe… solo recuerdo que venía acompañada de un peculiar joven de ropa extraña-.
 -y se notaba que no era de aquí, era de un color intenso su capa, a leguas se veía que era un forastero de lo mas intrigante sobre todo por llevar una... una cosa de  color rojo y amarillo que alcance a ver-  fue interrumpido por una mujer detrás del oficial.
-Entonces- decía el oficial mientras giraba para darle la cara a la mujer – cuénteme más sobre ese joven-  a unos metros de ahí otro oficial reportaba con una especie de  piedra cristalina de color grisácea y amarilla que tenia incrustada en si una cadena dorada la cual terminaba en el bolsillo superior izquierdo del saco casi topando con la placa dorada, aquel objeto era singular ya que servía como medio de intercomunicación entre el agente y lo que parecía ser su base.
- como se temía ha llegado y trae consigo a la princesa- susurraba aquel guardia a la piedra topazia como si le estuviera contando un secreto.
Un hombre de cabello entre cano y negro  cual tejón, se encontraba sentado frente a un escritorio de madera presumiblemente de caoba, en el cual se encontraba una pierda amarillenta como la del guardia solo que esta le triplicaba el tamaño y no tenía ninguna cadena en sí, solo estaba centrada en la mesa.
-Tenemos que advertir a todas las unidades no podemos dejar que ronden libremente por aquí- decía golpeando la mesa con el puño cerrado aquel viejo exasperado.
muy lejos de ahí en los inicios de una colina Sckaifer se recostaba para contemplar el cielo, sabía que debía seguir en  búsqueda de Aurinko pero decidió descansar obligado por Wasser y Eld que no dejarían que él se matara caminando.
-¿Acaso alguna vez tendremos un día normal?, ¿quizás uno sin huir o pasar de incognitos?- decía Sckaifer luego de dejar salir una gran exhalación.
-No lo sé, desde  recuerdo que jugaba cerca de las cascadas cerca de mi hogar, amaba contemplar como el sol reflejaba un arcoíris, el arcoíris siempre estaba ahí viéndome como jugaba chapoteando con algunos niños que también jugaban junto a mí, hasta llegue a creer que el arcoíris tenia vida y disfrutaba el estar en lo alto… que buenos tiempos llenos de inocencia- decía nostálgico Wasser.
-Cuéntame más sobre tu hogar- decía Eld a Wasser mientras se forcejeaba para salir de la espalda de Sckaifer ya que este la estaba aplastando.
-Pues que más te cuento… hmm ya sabes que vengo de la capital del reino de agua…- un pájaro realizo un estrepitoso sonido cuando Wasser menciono el nombre de aquel lugar sin dejar que Eld lo escuchara pero ella simplemente en vez de preguntar dejo que Wasser prosiguiera.
-Lleno de cascadas, enormes estanques y algunas fronteras terminan en el mar abierto, ¿ya te había mencionado que tenemos una extensa playa en aquel reino?, la más extensa que se ha registrado, con sus hermosas puestas de sol que iluminan el inmenso mar de un tono crepuscular- contaba Wasser con gran cariño.
Lejos de ahí aurinko se preguntaba
-¿Como


martes, 23 de agosto de 2011

Parte 23 - Aurinko

En eso todos se voltearon hacia a Aurinko  rápidamente
-que por qué me ven así?¿que no se a acuerdan que les prometí contarles quién soy? –dijo Aurinko un poco nerviosa
-sí pero nunca pensé que nos contaras sin que nosotros te recordáramos o intentaras darnos otra excusa y alargar mas el tiempo –contesto rápidamente Eld sorprendida 
- bueno pues es que creí conveniente este momento ya que estamos aquí encerrados si hacer nada-agrego Aurinko
-bueno pues cuéntanos que tengo curiosidad de saber tu pasado – dijo Wasser muy emocionado saltando en su frasquito
-bueno pues haber por donde empiezo…mmmmmm –
-puedes empezar diciéndonos de dónde vienes??? – comento Wasser tratando de ayudarla
-pero ella ya nos dijo de donde venia, que no te acuerdas?? –le dijo Eld a Wasser un poco molesta
-mmmmmm a si es cierto bienes de un pueblo llamado Bistrot -dijo Wasser recordando
-aaammm sobre eso pues es que yo no naci ahí yo solo dije que.. – pero la interrumpieron y no la dejaron terminar
-que!!!!! Así que todo este tiempo nos has mentido – gritaron Wasser y Eld al mismo tiempo
-no lo que pasa es que .. –pero de nuevo fue interrumpida
-yo sabía que no podíamos confiar en alguien del cual no sabíamos nada –dijo Sckaifer muy molesto
-no espera no te enojes lo que pasa es que ustedes preguntaron de donde venia y pues en esos momentos venia de Bistrot – dijo Aurinko mas nerviosa aun
-hay si ahora te tomas las cosas muy literal no??? –decía muy sarcástica Eld
-bueno pero pues ahora si les diré toda la verdad sobre mi –decía Aurinko tratando de componer un poco las cosas
-pues eso esperamos –dijeron un poco molestos Sckaifer y Wasser
-bueno ya dejen que la niña hable –ordenaba Bran desde el bolsillo de Sckaifer
-gracias Bran, bueno yo nací en el reino de Aeridia soy la tercera hija de cinco hermanas y fui  la única que nació con el don de controlar el aire, por esa razón yo soy la –pero Aurinko volvió a ser interrumpida
-haaaa por alguna razón me empiezo a sentir débil –decían bran y Eld un poco apagados
-pero porque, que les pasa?? – preguntaba muy preocupado Sckaifer
-am Sckaifer creo que es por esto –dijo Aurinko señalando el piso el cual estaba lleno de agua que les llegaba un poco más arriba de las rodillas
-o por dios así que de eso se trata esta cueva, haaa nos quieren ahogar!!! –gritaba Wasser desde su frasquito
-hay que hacer algo antes de ahogarnos –decía alterada Aurinko
-pero que podemos hacer?? Ya que si salimos de aquí los leones ahora si no tendrán compasión por nosotros –decía muy pensativo
-bueno pues entonces –Aurinko se acerco a Sckaifer y dejo salir a Wasser –transfórmate en una burbuja de aire y llévanos al fondo de la cueva  por favor –le indico Aurinko a Wasser
Wasser se quedo pensativo un instante y después se hizo un burbuja que rodeaba a Aurinko, Sckaifer, Eld y Brann
-pero que piensas hacer?? –preguntaba Sckaifer
-recuerdas que cuando entramos ya había agua de este lado de la cueva pues pienso que si vamos más adentro tal vez descubramos que esta cueva es solo una de las salidas de algún lago o riachuelo cercano, por eso cuando sale la luna la cueva se llena completamente de agua –dijo Aurinko tratando darse a entender
Al llegar al final de la cueva ya estaban cubiertos por el agua y del piso solo se veía un pequeño orificio por donde salía el agua
-bueno ya que no pasó lo que esperabas entonces que aremos ahora, Wasser solo está gastando energía –dijo Sckaifer con tono de irritación además ya no confiaba mucho en ella después de lo que había dicho hace unos minutos
-pues entonces tira la pared con tus poderes Sckaifer así podremos salir de aquí y ya afuera la reconstruyes y nadie se da cuenta –decía Aurinko la solución con una gran sonrisa
-no puedo hacer eso los leones ya están enojados, ahora imagínate si tiro esta pared –
-haaa Sckaifer no te preocupes por eso, de todas formas si nos quedamos aquí moriremos ahogados – decía Aurinko tratando de convencer a Sckaifer
Sckaifer lo pensó un momento porque ya había roto las reglas demasiado el día de hoy pero accedió por que Brann y Eld se debilitaban mucho estando en contacto con el agua y Wasser no podría estar de esa forma por más tiempo, así que se acerco a la pared y pronuncio unas palabras que Aurinko no pudo entender, al terminar la frase que había pronunciado la pared se abrió como si fuera una gran puerta hecha con piedras, al instante fueron jalados por el agua que salía de la puerta ya afuera Wasser regreso a la normalidad y Sckaifer hizo que la pared regresara a la normalidad
-wou que genial se vio eso –decía entusiasmada Aurinko por lo que acababa de ver
 -bueno hay que salir rápido de Lion teeth antes de que los leones se despierten y se den cuenta de que no estamos dentro de la cueva –agrego rápidamente Wasser antes de que Aurinko hiciera algún otro ruido
-Eld, Brann ya se encuentran mejor??? –preguntaba Sckaifer un poco angustiado
-si ya estoy mucho mejor, pero hay que hacer lo que dijo Wasser sino esos leones nos verán de nuevo –decía Eld regresando a su color habitual
-pues dense prisa que ya no tarda en amanecer –advertía Brann regresando a estar de un color rojo muy intenso
Empezaron a caminar en dirección hacia donde ellos suponían estaba Aeridia pero al llegar a lo alto de una colina vieron que tenían que atravesar una gran montaña llena de dientes de león enormes, que al instante supieron que eran las grandes melenas de los leones ahí dormidos pero estos no parecían aquellos leones que los habían capturado al cruzar la barda
-no logro encontrar sus cuerpos, es como si su melena se hubiera zafado de su cabeza y se hubiera pegado en el piso –decía muy sorprendida Aurinko mientras tocaba uno de los dientes de león que se encontraba frente a ella
-no hagas so que tal si despiertan mejor pasemos sin tocar ninguno – regañaba Sckaifer a Aurinko entre sollozos
Así que siguieron caminando tratando de no golpear o pisar aquellos dientes de león, después de un rato de andar caminando Wasser se percato de que los cascabeles de la falda de Aurinko se movían de un lado a otro pero no sonaban así que Wasser no se pudo resistir y termino preguntándole
-oye Aurinko porque razón tus cascabeles no suenan por mas que se muevan??? –
-am es que.. –pero Aurinko fue interrumpida por Eld
- si eso te quería preguntar la otra vez que nos encontramos con Automn, ese día tus cascabeles sonaron pero antes de eso nunca los había oído sonar?? – decía el intentando que todos recordaran ese día y se concentraran específicamente en ese momento
-esta vez si nos dirás o nos mentiras con alguna cosa que se te ocurra?? –reprochaba Sckaifer sin voltearla a ver
-haa!!! lo de antes no era una mentira ya que en ese momento si venía de Bistrot estuve viviendo ahí por un tiempo hasta que los rastreadores, ladrones o como se llamen me encontraron, así que tuve que esconderme en el bosque tornasol y ahí los encontré a ustedes –explicaba muy alterada Aurinko
-ok ok pero no te nos pongas histérica –decía Eld tratando de que Aurinko se calmara un poco y bajara la voz
-bueno pero no nos has dicho por que tus cascabeles no suenan, ni por qué estuviste viviendo en Bistrot si naciste en Aeridia, porque huiste de ahí cuando esos hombres te encontraron y más importante porque te andaban buscando??? –preguntaba Wasser evitando que Aurinko se pusiera a pelear con Eld por lo que le había dicho
-ok –después de decir esto Aurinko puso una cara un poco seria dio un gran suspiro y comenzó hablar sin dejar de caminar alado de Sckaifer el cual en ningún momento se detuvo o la volteo a ver – bueno pues mis cascabeles no suenan porque pensé que sería molesto para ustedes que mis cascabeles siempre estén sonando así que les quite el sonido y ese día que sonaron fue porque estaba enojada y cuando me enojo me descontrolo un poco y les regresa el sonido a mis cascabeles –
-pero como es que puedes hacer eso?? –preguntaron muy asombrados Eld y Wasser
- es que puedo controlar el sonido – decía Aurinko un poco apenada
-pero que no ya controlabas el aire?? –decía un poco confundido Sckaifer  
-sip – respondió esta rápidamente
-pero entonces como es que ..??? Explícate mejor no?? – pregunto primero Eld pero Wasser termino su pregunta con otra pregunta diferente
-bueno, yo nací pudiendo controlar el aire, el poder controlar el sonido lo obtuve hace unos 2 años o menos, este poder era de mi mejor amigo el cual murió y por eso los hombres esos me perseguían, ya que querían apoderarse del don de mi amigo y estuve viviendo en Bistrot porque ahí es donde les tocaba ir a la familia de mi amigo ya que ellos son gitanos y me están ayudando a esconderme –decía esto Aurinko con una mirada muy triste
-pero entonces…. –pero Wasser no pudo terminar su pregunta por qué Sckaifer los interrumpió
-ya llegamos a Aeridia –dijo con un tono ya menos serio que hace rato
-que!!!! Cómo??? A qué hora salimos de Lion teeth que no me di cuenta –preguntaba Aurinko muy preocupada
-hace como 10 minutos –respondió Brann asomándose por la bolsa de Sckaifer
- así que esta es Aeridia, haaa que bonita es!! –decía Eld fascinada por la vista que había desde allá arriba
-wou pero que rápido subimos hasta aquí y ni cuenta me di –decía Wasser muy sorprendido
- oigan no creen que toda la gente nos observa – susurraba Eld a sus amigos  
- am este… no claro que no mejor vamos por acá que no hay tanta gente – decía muy nerviosa Aurinko mientras jalaba a Sckaifer a un callejón
Pero en eso se topo con una señora que al ver por un momento la cara de Aurinko grito
-princesa!!!, es la princesa –grito la señora confirmándoselo a los demás aldeanos  
-QUE!!! –dijeron al unisonó Eld, Wasser, Brann y Sckaifer



jueves, 4 de agosto de 2011

Parte 22

...no sabíamos nada de eso - se excusó Sckaifer.
-Pero sí sabían que no podían cruzar de día, ¿no es así? - respondió el león mientras el pequeño león blanco se alejaba como le había pedido.
- Eh... - comenzó a decir Sckaifer - pues...sí. - Dijo con la mirada hacia el suelo. En verdad le apenaba haber roto las reglas y haber quebrantado un supuesto tratado muy importante y de antaño.
- Veo arrepentimiento en tu rostro, joven humano - dijo el gran león. - Pero no es suficiente con decir "lo siento". Además, no veo el mismo arrepentimiento en tus compañeros - continuó, al mismo tiempo que pasaba su mirada acusadora por los demás.
- Oigan - susurró Aurinko a Eld, Brann y Wasser. - Creo que esto se pondrá un poco feo.
- Esto no es un juego, pequeña humana - dijo el gran león, habiendo escuchado lo que dijo Aurinko, aunque ella creía que había susurrado lo suficientemente bajo. - Esto amerita un juicio. Nosotros no nos tomamos las cosas tan a la ligera con este tipo de situaciones. Si los dejamos ir así como así, esto puede volver a repetirse y no pienso dejar que eso pase.
Algunos leones se habían acercado a ver lo que sucedía y ahora estaban casi completamente rodeados por ellos.
El león le pidió a otro león un poco más pequeño que llamara a los Leones de Plata. Y de inmediato salió corriendo en su busca.
-¿Los Leones de Plata? - inquirió Sckaifer un poco temeroso.
- Somos los que dirigimos este lugar. Cada uno tiene asignada una zona pero para ocasiones como ésta, entre todos debemos tomar una decisión.
- Entonces, ¿tu eres...digo... usted es uno de los leones de plata? - preguntó Aurinko.
- Así es - respondió el gran león, un poco enojado. - Mi nombre es Krieger, y soy el jefe de la región del oeste. - Les dijo el león levantando un poco más su cabeza e inflando el pecho para verse aún más imponente. Y lo logró.
Aurinko había pensado en salir corriendo de ahí, pero al ver detenidamente al gran león que tenía enfrente y a todos los demás que estaban al rededor de ellos, lo pensó mejor...
No tardaron demasiado en llegar los Leones de Plata y pronto se hizo un gran circulo de leones curiosos al rededor de nuestros viajeros.
Los Leones de Plata eran 4 en total. Todos eran tan grandes o incluso más que Krieger. El león que se veía más viejo, pero no por eso menos poderoso e intimidante, resultó ser el jefe principal. Él dirigía la región del sur de la montaña; se llamaba Löwe.
Sin embargo, a pesar de que era intimidante, en su voz se podía sentir un dejo de serenidad y sensatez, algo que tranquilizó un poco a los viajeros.
Después de que Krieger les hubiera informado a los demás Leones de Plata lo sucedido, éstos se pusieron a discutir sobre qué harían con los intrusos. Mientras tanto, Löwe no dejaba de lanzarles miradas a nuestros viajeros. Pero eran miradas un poco estoicas; ninguno de los 5 viajeros podían adivinar qué estaba pensando aquél león.
Poco después de eso, los Leones de Plata terminaron de hablar y se dirigieron a nuestros viajeros. Löwe habló primero:
- Krieger ya me habló sobre ustedes, pero quisiera saber su historia con sus propias palabras.
La voz de Löwe iba perfectamente con su apariencia, era una voz grave y profunda. Tal vez un poco gutural.
Sckaifer le contó sobre cómo habían llegado ahí y dió una versión un poco confusa del porqué decidieron cruzar la barrera a pesar de saber que no debían hacerlo. Él sabía que algo malo les esperaba... no tenían una buena razón para haberlo hecho y ahora temía a las consecuencias.
Después de varias explicaciones e intentos de disculpa Sckaifer terminó de hablar y se quedó esperando el veredicto de los Leones. Su frente sudaba.
En eso, vino de la nada una corriente de aire formando un remolino pequeño pero muy fuerte que levantó muchísimo polvo e hizo que todos se distrajeran. Aurinko aprovechó para gritarle a Sckaifer, Wasser, Brann y Eld que corrieran hacia donde ella iba.
Como pudieron evadieron a unos cuantos leones y se salieron del  circulo donde estaban encerrados. Sckaifer no tuvo tiempo de pensar en si era lo más conveniente o no. Corría lo más rápido que podía detrás de Aurinko, quien parecía que no hacía caso a la fricción y corría a una velocidad impresionante.

Pensaban que ya lo habían logrado... pero Krieger y otros leones no tuvieron mucho problema en alcanzarlos una vez que el remolino de polvo se hubo disipado un poco. Esta vez los leones no fueron nada amables, se abalanzaron ferozmente sobre de ellos y los sostuvieron con sus enormes garras. "Lo bueno fue que no sacaron las uñas" pensó Sckaifer, que en realidad estaba asustado.
-¡Tratamos de hacerlo por las buenas! - rugió Krieger - Pero si así lo quieren... irán a la cueva del llanto de la luna.
"¡Qué bonito nombre!" pensó Eld, pero de inmediato recordó que es lugar no podría ser tan bonito como quisiera. Los leones los llevaron, en efecto, a una cueva que estaba a un poco menos que un kilometro de donde los habían capturado. Era más bien un agujero que se hundía en la montaña con una inclinación de unos 60 grados. Parecía un tobogán pero mucho más oscuro, pedregoso y húmedo. No era muy grande pero si había suficiente espacio para todos, aunque se tuvieran que sentar en la roca rugosa y mojada que era el piso.
- Me los comería ahora mismo - les bramó Krieger desde la entrada de la cueva, donde otros leones ya estaban poniendo una malla hecha con gruesas ramas de árboles para encerrar a los prisioneros - pero a diferencia de ustedes, yo sí respeto los pactos que hago. Y es parte del trato que no mataríamos a ningún humano por nada, a menos que ese humano matáse a uno de los nuestros.
Maldijo por lo bajo esa condición del tratado y se alejó de la entrada de la cueva.
- Me pregunto... - comenzó a decir Aurinko - ¿por qué se llama El llanto de la luna esta cueva?
- No lo sé - dijo Sckaifer - pero hay cosas que me preocupan mucho más.
Sentía una combinación de miedo, vergüenza, tristeza e imponencia por haber hecho lo que hizo y haber obtenido esas consecuencias. Nadie sabía qué harían con ellos los leones, pues no les explicaron nada más.
- ¿Y ahora qué haremos? - preguntó Brann con un dejo de enojo - ¿nos quedaremos aquí esperando?
Sckaifer no respondió y Aurinko solo dijo que no tenía ni idea. No faltaban muchas horas para que ya no hubiera sol, y ahí abajo en la cueva parecía aún más tarde.
Pasaron la siguiente hora discutiendo quién tenía la culpa y lo que hubieran hecho para no estar en esa cueva. Por supuesto, Aurinko se sentía muy apenada, pues se sentía culpable de haber empeorado la situación al hecharse a correr. Pero Eld y Wasser la tranquiliazon diciéndole que eso mismo hubieran hecho ellos (y era cierto). Y además se lamentaron por no haber ayudado más argumentando que fue tan inesperada esa carrera como el remolino de viento y polvo que no supieron qué hacer. Y ya que tocaron ese punto, se comenzaron a preguntar ¿de dónde vino ese remolino?
Brann decía muy poco, como si no quisiera meterse en el lío. Sckaifer no decía nada, los dejó hablar hasta que la noche estuvo en todo su esplendor y dijo:
-Oigan... - los demás voltearon. - Ya sé por qué se llama así esta cueva... miren.
Señaló hacia la abertura de la cueva y pudieron ver que el cielo ya estaba totalmente oscuro con excepción de las estrellas y una gran luna perfectamente llena que quedaba exactamente en la abertura del túnel. Mientras que por las paredes se filtraba un poco más de humedad y caía en forma de pequeñas gotitas cristalinas que refulgían con la luz de la luna y hacían parecer que la luna estaba llorando. Pero no era suficiente para preocuparse. Además, por el suelo se filtraba nuevamente y no había demasiado charco a sus pies.
-Ohh.... - exclamaron Wasser, Eld y Brann (aunque él no con tanto entusiasmo como los otros dos).
-La luna está llena... - dijo Eld, embelesada por lo que veía.
-Sí... - dijo Aurinko - y recuerden que tengo algo que contarles...