lunes, 29 de agosto de 2011

Parte 24- Decisiones


Todos los mercantes, y la gente que estaban cerca de ahí contemplaban con asombro la presencia de la princesa incluso hubo quienes dudaron en acercarse a verificar el rostro de la llamada  de aquella personalidad famosa por que creían que no era más que una broma de mal gusto., la ropa lucia desaliñada en aquellas personas en tonos pastel diluidos como si los hubiesen lavado miles de veces y dejados expuestos al  sol por días enteros dejando que este consumiera su teñidura.
Pronto los más curiosos perplejos por lo que veían comenzaban cada vez más a gritar – ¡es la princesa!,  ¡a regresado!- algunos se sentían afortunados al tener frente a ellos a la noble princesa, otros recordando aquel delito inculpado de la princesa la miraban con sumo desprecio.
 Sckaifer pronto  se vio afectado por la atención de todos en el lugar, pensaba apresuradamente como salir de ahí lo más pronto posible, una idea se empezaba a concretar en su mente desafortunadamente fue interrumpida por un grito agudo de una mujer
-¡Mi puesto por favor ayuda!- gritaba la mercante  con las manos en la cara dejando notar su rostro pálido y gastado por los años., la muchedumbre pronto giro para ver cómo un puesto de frutas se consumía en las llamas, la cosecha roja había intensificado rápidamente su color a esto se le sumaba que las llamas empezaban a  apoderase bruscamente de la tela que hacía de techo en el  puesto, algunas personas se tapaban la boca con las manos al ver aquella desgracia, otros dejaban caer sus víveres comprados, dejando pasar ciertos segundos de shock algunos hombres corrieron hacia la tienda para ayudar a la mujer que se encontraba dentro del puesto desesperada, olvidándose así de la presencia de la princesa prestando única atención a aquellas llamas crecientes.
Aurinko veía mortificada como las llamas crecían cada vez más, creando inmensas nubes de humo oscuro cual carbón desasiéndose en una fogata intensa, las llamas eran tan grandes que al acaparar pronto un gran espacio en el aire estas comenzaron a tocar el puesto vecino el cual era de ropa de segunda mano, cruel circunstancia pues la ropa acelero el proceso del fuego, ahora no solo era el puesto de frutas si no también el de ropa, el área donde se encontraban Sckaifer y nuestros amigos era un poco angosto, así que para aprovechar el espacio los mercantes dejaban poco margen de separación para cada puesto.
le gente corría con cubetas de agua angustiada pues era la primera vez que pasaba eso  en aquella área , difícil de creer, pero en Aeridia el fuego no es tan elemental para la vida cotidiana y el ser testigos de un incendio era una catástrofe descomunal.
Brann regresaba al bolsillo de Sckaifer gritando – ¡Es ahora o nunca huyamos!, Sckaifer al oír las palabras de Brann, sentía la sensación de golpes al rostro pues se daba cuenta como la pequeña flamita había hecho tal desastre. Un mini debate en su mente se ejecutaba, era ayudar a aquellos indefensos o salir corriendo para no ser vistos, sin vacilar Sckaifer cerró los ojos y corrió lejos de ahí antes que su  conciencia lo hiciera regresar, por su mente pasaban palabras hirientes hacia el mismo diciéndose como podía haber sido tan cruel y abandonar a gente que necesitaba su ayuda.
Aurinko le siguió con lagrimas en los ojos pues su gente estaba siendo afectada por aquel incendio, pronto se detuvo viendo como Sckaifer se alejaba cada vez más con Eld en la espalda y Wasser y Brann en sus bolsillos., giro unos 180 grados y con un rostro inconsolable lleno de tristeza, levanto la mano derecha seguido de su dedo índice girándolo formando círculos, pronto comenzaron a salir  ondas que a su vez se hicieron ráfagas de viento  en dirección a los puestos incendiándose, los vientos absorbían el fuego tan rápido como se movían, los puestos comenzaban a levantarse de sus yacimientos débiles que no eran más que estacas clavadas y piedras para hacer contrapeso., los vientos con el fuego apresado tomaron forma de un remolino carmín que se elevo pronto a los cielos y estallo dejando caer cenizas y algunos retazos chamuscados  de la ropa de segunda mano.
-Lamento no haber podido hacer más- se susurro así misma, las lagrimas seguían deslizándose sobre sus mejillas cayendo al piso, un silencio  brusco cortaba la tensión entre los mercantes y las sobras de lo que lo había sido aquel incendio… un grito estallo entre aquella paz mortífera – ¡mi puesto, mi puesto!- repetía solloza la mujer mientras se derrumbaba en la tierra apoyándose en sus manos, Aurinko no pudo soportarlo más pero en su mente pensaba que si acudía en ayuda de su pueblo, pronto la encarcelarían por aquel delito del que la acusaban que era la razón  principal de haber huido de ahí y secándose las lagrimas con su mano izquierda dio espalda al mercado y corrió tratando de encontrarse con Sckaifer que le llevaba mucho tramo de ventaja.
-¡No puedo creer que haya hecho eso!- se gritaba así mismo sentándose en una piedra a orillas de un  pequeño estanque.
-Era necesario- dijo Brann saliendo del bolsillo de Sckaifer, Wasser y Eld estaban tan sorprendidos que no había podido formular ninguna palabra desde el comienzo del incendio.
-¡ACASO ESTAS LOCO!- gritaba furioso mientras tomaba a Brann apretándolo con su mano y elevando para aventarlo al estanque… pero se contuvo y soltándolo a la orilla pensaba  si la gente había calmado el incendio pero sobre todo si la mujer del puesto de fruta había salido viva de las llamas, mientras más lo pensaba mas se hacía evidente el peso de su conciencia como si un elefante se posara en una de sus patas sobre el., Sckaifer tenía un gran sentido de la responsabilidad que iba de la mano con la conciencia el cual no le permitía hacer actos encontrar de los reglamentos como la situación en Lion Teeth y peor aun dejar a alguien en peligro.
-Soy un gran idiota- susurraba mientras se ponía las manos en los ojos con la cara viendo al suelo, Wasser se movía de en su frasquito y saliendo de él, un poco más sereno por la impresión se dirigió a Sckaifer y le dijo – Entiendo completamente como te debes sentir, quizás no por tu sentido de conciencia por qué no comparto esa cualidad contigo… pero si por la preocupación de aquella situación, sabes cómo  me hacen sentir las situaciones tristes y aun mas cuando no puedo hacer nada para cambiar su condición…
-Sabemos que lo que paso fue un gran error, pero hubiera sido un mayor error el dejar que se dieran cuenta de nuestra presencia sobre todo cuando estamos en  un lugar desconocido y no sabemos quienes ronden por aquí, tenemos a esos estúpidos “pollosmutantes” siguiéndonos el rastro- decía Eld apresurada como si las palabras se hubieran acumulado una tras otra presionándose desde el incendio.
-¡Vaya, te tenían cocida la boca jajá!- decía riendo Wasser para romper un poco la tensión, Eld no le replico nada, algo extraño en ella pero Eld suponía las intenciones de Wasser y con un empujoncito contra Sckaifer dijo- vamos Sckaifer tu mismo viste como ellos mismos arreglaban la situación… ahora solo queda preguntarle a Aurin… por cierto donde esta “la niña misterio”- se preguntaba sarcásticamente Eld.
Sckaifer se percato que no estaba con ellos, una mezcla de preocupación con enojo yacía dentro del,  se preguntaba por qué le importaba Aurinko si había mentido desde un principio… y poniéndose de pie mirando alrededor se puso en marcha para encontrarla al menos para recibir una explicación a tantos cabos sueltos.
-¡Hey no me dejes aquí!, te estoy hablando…- decía desde el suelo Brann, pero Sckaifer hizo caso omiso de él y siguió caminando, Brann seguía replicando mientras saltaba cortas distancias siguiéndolo hasta que Sckaifer se volteo bruscamente y  mirando con una expresión llena de desprecio y decepción que dirigía hacia el piso donde se encontraba Brann el cual sintió como los ojos de aquel muchacho se empezaban a tornar violeta opaco, era la primera vez que Brann notaba que Sckaifer  podía cambiar el color de su iris, y cortando tajantemente el sentimiento de furia  que resentía vacilante dijo - ¿Por qué tus ojos se empiezan a tornar violetas?-
Un silencio cayo cual calidez del sol los envolvía, pues ya era mediodía y sin avisar el tiempo había pasado volando.
-Sckaifer puede que no sea un libro abierto en emociones- decía Eld desde la espalda de Sckaifer
-Y menos en el lenguaje corporal, así que, bueno eres observador además de insensato- le reprocho Wasser recordándole a Brann su acción torpe – vaya que te has metido en un lio pequeña bola de lava, para que Sckaifer te tenga tanto coraje que hasta lograste que sus ojos cambiaran de color, eso solo pasa rara vez cuando Sckaifer realmente se enfurece…- termino Wasser explicándole a Brann.
Sckaifer se trago todo el resentimiento que iba a dejar caer sobre Brann, pues pensó que era suficiente con la  explicación de Wasser y Eld sobre el grado de su enojo.
Aurinko por otra parte se encontraba con los brazos abrazándose a sí misma con los ojos llorosos se preguntaba dónde estaría Sckaifer y por ende los demás, mirando algunos árboles con nostalgia  seguía  un camino incierto pensando en  aquellos acontecimientos que habían ocurrido en el pasado, detestaba la idea de estar sola, quizás fue mal momento para meditar pues tenía en mente lo de aquel incendio  a eso se le sumaba el sentimiento de incertidumbre en cuanto  a cómo se sentirían los demás con su mentira, Aurinko se sujeto mas fuerte así misma y con un suspiro profundo trato de serenarse ahora lo que importaba era no ser vista y encontrar a sus perdidos compañeros.
mientras tanto en aquella parte afectada del mercado la gente más tranquila, se preguntaba donde estaba aquella joven idéntica a la princesa, con todo ese tumulto habían olvidado por completo su presencia y ahora estaban más intrigados de si su casi gobernadora estaba de regreso.
Pronto llegaron autoridades al área, tras una alarma que detono su inminente presencia, aquellas personas por así decirlo hacían de alguna manera una especie de policía, vestían  trajes de color azul pastel con los bordes delineados en blanco, debajo de aquella ostentosa tela en la parte superior vestían camisas  de color blanco azulado resaltando así el conjunto de color, sin mencionar los zapatos que eran idénticamente del mismo tono del traje camuflajeandose con el atuendo entero como si se tratara de una sola pieza desde el cuellos hasta los pies, una gran placa dorada en forma de triangulo invertido yacía puesto en la parte superior izquierda de aquellos hombres digamos a la altura de su corazón, una daga brillaba con ánimo  colgante de cada cinturón blanco llevado por cada de uno de los susodichos., tales personajes sobresalían estrepitosamente del resto de la gente, un atuendo ridículo y poco serio para una autoridad fue lo que se dijo aquel día que la nueva persona en el trono cambio drásticamente el antiguo uniforme de los “ policías”.
-entonces dígame, antes del incendio repítame la parte de la muchacha- interrogaba  un oficial a un mercante.
-no lo sé, quizás no era ella, quizás era una persona de mucho parecido, no puedo recordar mucho después de esta catástrofe… solo recuerdo que venía acompañada de un peculiar joven de ropa extraña-.
 -y se notaba que no era de aquí, era de un color intenso su capa, a leguas se veía que era un forastero de lo mas intrigante sobre todo por llevar una... una cosa de  color rojo y amarillo que alcance a ver-  fue interrumpido por una mujer detrás del oficial.
-Entonces- decía el oficial mientras giraba para darle la cara a la mujer – cuénteme más sobre ese joven-  a unos metros de ahí otro oficial reportaba con una especie de  piedra cristalina de color grisácea y amarilla que tenia incrustada en si una cadena dorada la cual terminaba en el bolsillo superior izquierdo del saco casi topando con la placa dorada, aquel objeto era singular ya que servía como medio de intercomunicación entre el agente y lo que parecía ser su base.
- como se temía ha llegado y trae consigo a la princesa- susurraba aquel guardia a la piedra topazia como si le estuviera contando un secreto.
Un hombre de cabello entre cano y negro  cual tejón, se encontraba sentado frente a un escritorio de madera presumiblemente de caoba, en el cual se encontraba una pierda amarillenta como la del guardia solo que esta le triplicaba el tamaño y no tenía ninguna cadena en sí, solo estaba centrada en la mesa.
-Tenemos que advertir a todas las unidades no podemos dejar que ronden libremente por aquí- decía golpeando la mesa con el puño cerrado aquel viejo exasperado.
muy lejos de ahí en los inicios de una colina Sckaifer se recostaba para contemplar el cielo, sabía que debía seguir en  búsqueda de Aurinko pero decidió descansar obligado por Wasser y Eld que no dejarían que él se matara caminando.
-¿Acaso alguna vez tendremos un día normal?, ¿quizás uno sin huir o pasar de incognitos?- decía Sckaifer luego de dejar salir una gran exhalación.
-No lo sé, desde  recuerdo que jugaba cerca de las cascadas cerca de mi hogar, amaba contemplar como el sol reflejaba un arcoíris, el arcoíris siempre estaba ahí viéndome como jugaba chapoteando con algunos niños que también jugaban junto a mí, hasta llegue a creer que el arcoíris tenia vida y disfrutaba el estar en lo alto… que buenos tiempos llenos de inocencia- decía nostálgico Wasser.
-Cuéntame más sobre tu hogar- decía Eld a Wasser mientras se forcejeaba para salir de la espalda de Sckaifer ya que este la estaba aplastando.
-Pues que más te cuento… hmm ya sabes que vengo de la capital del reino de agua…- un pájaro realizo un estrepitoso sonido cuando Wasser menciono el nombre de aquel lugar sin dejar que Eld lo escuchara pero ella simplemente en vez de preguntar dejo que Wasser prosiguiera.
-Lleno de cascadas, enormes estanques y algunas fronteras terminan en el mar abierto, ¿ya te había mencionado que tenemos una extensa playa en aquel reino?, la más extensa que se ha registrado, con sus hermosas puestas de sol que iluminan el inmenso mar de un tono crepuscular- contaba Wasser con gran cariño.
Lejos de ahí aurinko se preguntaba
-¿Como


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