martes, 10 de enero de 2012

Parte 26

-Gracias - dijo Aurinko.
-De nada - dijo Sckaifer en un tono muy bajo y volteó a ver a Wasser de nuevo. - No seas exagerado, Wasser. Ella decidió ir por otras razones.
-La emoción de una aventura es algo extra - respondió la gotita. - Apuesto a que ella ya pensaba acompañarnos desde que te vio.
Aurinko rió al oír esto, Sckaifer se sonrojó una vez más pero Lav no dijo nada. Wasser continuó la historia y los demás se sentaron.


«-¡Pero hay que darnos prisa! - dijo Eld (ah, pero recuerden que Eld estaba en su forma humana). - No hay tiempo que perder.
-¿Por qué tanta prisa? - pregunté, pero Eld ya nos había jalado colina abajo y nos alejabamos rápidamente del fuerte.
Ella traía ropa holgada sobre lo que parecía una armadura. Se cubrió la cabeza con un gorro y siguió corriendo como a hurtadillas.
Al llegar a una rotonda en la que había muchísima gente yendo de aquí para allá con notable prisa. Eld se detuvo casi completamente. Empezó a caminar relajada y nos hizo un gesto con la mano para que hicieramos lo mismo.
Continuamente se oían comentarios de la gente sobre una boda que parecía muy importante pero no alcanzabamos a escuchar mucho pues eran demasiadas las voces o quien hablaba se alejaba muy rápido. Intentamos preguntarle a Eld sobre esa boda pero ella solo nos decía que hablaríamos más de rato.
-Psst... ¡oye! - Pero nosotros queríamos entrar al fuerte, no salir de la ciudad. Ya te explicamos. Buscamos al d...
-¡Shh! Confíen en mí. - Me interrumpió Eld.
Al llegar a la calle que nos llevaría directo a las afueras del reino empezaron a caminar más aprisa. Algunas personas volteaban a verlos pero Eld solo evitaba su mirada y seguía caminando. Nosotros no hicimos más que seguirla.
Estando fuera del reino Eld se sentó detrás de un árbol detrás de unos arbustos y nos pidió que también nos sentaramos. Fue ahí cuando nos aclaró nuestras dudas sobre la boda. Nos contó que era la suya de la que hablaban. Se casaría con Feng, primogénito de la segunda familia de fuego. Y sí... Eld era la descendiente del rey del fuego. Era la princesa del reino. Pero ella no se quería casar con Feng porque, según ella, era muy presuntuoso e irritante. Sin embargo, sus padres insistían en esa unión apelando a la tradición sin tomar en cuenta lo que les decía su hija.
Nos quedamos un poco pasmados por un rato, Sckaifer y yo. Pero nos recuperamos en cuanto Eld miró detrás del árbol hacia la puerta del reino y vió que iban saliendo unos soldados con armaduras escarlatas.
-¡Rápido! Hay que irnos - dijo Eld.
Nos llevó por un camino no muy bien trazado por el bosque un par de minutos hasta que llegamos al río Kasen. Ahí nos detuvimos y Eld se quedó pensando en cómo cruzaríamos el río, hasta que pareció recordar algo. Metió la mano en uno de sus bolsillos... no vimos lo que había dentro. Inmediatamente Eld emitió un gran resplandor amarillo y tomó la forma que ustedes conocen, de pluma. Se impresionó y luego intentó regresar a su forma normal pero no pudo. Comenzó a maldecir pero aún así no se veía tan enojada. Nos dijo que sí creía que podría regresar a su forma normal pero le estaba costando mucha más energía de lo normal. Y en ese momento no debía desperdiciarla. Luego se alegró cuando pensó que de esa forma no sería reconocida facilmente. Pues solo su familia y otras poquísimas personas de confianza para sus padres sabían que Eld podía tomar esa forma. No nos explicó sobre eso más de lo que les acabo de decir.
Así continuamos alejándonos del reino del fuego y emprendimos nuestro viaje hacia el reino del aire en busca del siguiente descendiente de la familia real.»


-Un momento... - interrumpió Aurinko a Wasser. - ¿Por qué buscan a los herederos?
Wasser iba a contestar pero Sckaifer se le adelantó:
-Todo a su tiempo. Deja que Wasser termine el relato.
-Ok...


«Ehh... sí... bueno... para no extenderme más: esa misma noche llegamos a un pueblo del que no recuerdo el nombre y Sckaifer compró lo necesario para hacerle un soporte a Eld como el que llevan las señoras cargando a su bebe en la espalda pero para cargar una pluma. Eso me dio una idea.
-¿Para qué es eso? - me preguntó Sckaifer cuando llegué al cuarto que él había rentado por una noche con un botesito que creo que se les hará muy familiar. (Recuerden que yo seguía en mi forma humana en ese momento... pero no por mucho).
-Pues, tuve una gran idea para pasar aún más de incógnitos.
-¿Cuál? ...
Abrí el botesito y... heme aquí. Desde ese entonces estoy así... como gotita. Claro que Sckaifer me reclamó y me dijo que era un flojo por no querer caminar y encima de todo el iba a tener que cargar con nosotros. Pero al final lo convencimos entre Eld y yo. Bueno... creo que tuvo más efecto lo que le dijo Eld. ¿O será acaso el simple hecho de que Eld lo dijo y no lo que dijo? Pero bueno... el caso es que así seguimos nuestro viaje desde la mañana siguiente. Tardamos como tres o cuatro días hasta que llegamos al pueblo donde te encontramos a ti, Aurinko. Bueno... te encontramos en las afueras, pero tú entiendes.»


-Y el resto ya lo conocen.
-Yo no, - dijo Lav - pero luego me lo cuentan.
-Sí. - dijo Aurinko - Ahorita tenemos que planear cómo rescatar a Eld.
-Así es.
Todos se sentaron al rededor de una mesa cuadrada y vieja que estaba en el centro de la casa. Lav les ofreció un poco de agua a sus visitantes, que aceptaron con gusto.
-Ahora sí, - comenzó Lav - yo supongo que, y recuerden que son solo suposiciones, a Eld la llevaron de vuelta al fuerte de su ciudad. Donde la encontraron ustedes - en ese momento volteó a ver a Wasser y Sckaifer.
-Pues eso se oye muy lógico - dijo Aurinko.
-Sí... - concordó Wasser.
-... ¿hay algna otra posibilidad? - preguntó Sckaifer.
-Pues... sí - respondió Lav -. Desde hace tiempo hay rumores sobre alguien que está tramando algo... algo realmente peligroso. - Volteó a ver a Aurinko.
-¡No me digas que...! - gritó Aurinko.
-Sí... es muy posible que sea él, Aurinko.
Ella comenzó a hechar maldiciones y dar manotazos a la mesa.
-¿De quién hablan? - indagó Wasser.
-De nuestro tío. No tenemos mucho tiempo para entrar en más detalles. Así que debemos idear un plan para buscar a Eld.
-Pero entonces ¿dónde puede estar Eld? ¿En el reino de Aire? - preguntó un poco agresivamente Sckaifer.
-Es muy probable. Pero... lo he vigilado en algunas ocasiones y no he visto nada sospechoso. De hecho casi no he visto a nuestro tío, Aurinko. Solo dos veces caminando por el pueblo con sus guardaespaldas. La última vez salió del reino cuando las nubes estaban abajo pero no pude seguirlo, lo perdí casi al instante. No sé qué estará planeando exactamente.
Aurinko seguía callada con la mirada fija hacia la mesa y una expresión estoica.
-Antes de entrar a cualquier parte debemos asegurarnos de que Eld se encuentre ahí porque si entramos al castillo y no está ahí, escapar será muy difícil y ya tendríamos a los soldados del reino detrás de nosotros evitándonos seguir buscando.
-Y ehm... si está en el aire ¿no podemos situarnos debajo del castillo y llegar volando de alguna manera directamente a él? - preguntó Wasser.
-¡Ja! - rió Lav - se dice fácil. Pero no creas que no tomaron eso en cuenta. Lo más seguro es llegar por arriba. Además... ¿cómo podríamos llegar volando así?
-No lo sé, solo fue una idea - Wasser puso cara de puchero.
-Ya sé - dijo Aurinko derepente. - Así como yo... salí de ahí, podemos entrar. El problema es que tendremos que entrar de uno en uno porque si no nos verán.
-Pero no estamos seguros de que Eld esté ahí - replicó Lav.
-No sabemos dónde más buscar, así que empezaremos por ahí - respondió Aurinko. - Tenemos que correr ese riesgo.
Aurinko les explicó el plan y les dijo que sería mejor esperar a las primeras horas de la mañana antes de que salga el sol, pues es cuando, según su experiencia con escapadas del castillo hacia el pueblo, los guardias están un poco más distraídos, no habría luz pero algunos de los habitantes ya estarían comenzando sus actividades y así no habría tanto silencio. Además, debían comer y descansar un poco. A Sckaifer le inquietó esto, pero no pudo negarse.
Como habían planeado, fueron a las afueras del castillo antes de que saliera el sol y se separaron en caminos totalmente opuestos para después entrar por una puertecilla cerca de la que da al jardín trasero(porque ésta siempre estaba cerrada a menos que hubiera un guardia ahí). Uno por uno tenían que entrar por ahí y después: "ya estando en el cuarto del jardinero, que es a donde da la puertecilla esa, deben tener cuidado de no acercarse mucho a la puerta principal que da al jardín sin asegurarse antes por la ventanilla de la izquierda que no hay nadie afuera. Si lo hay, escondanse entre los estantes y si pueden tápense con algo. Una vez que hayan salido, escóndanse detrás de la gran maceta que tiene un pino enano. Si lo requieren, métanse en la maceta hasta checar de nuevo que no hay nadie. Es lo suficientemente grande para poder hacerlo. Después corran hacia los arbustos de aeoniums (los de nosotros crecen mucho más altos que los terrenales así que no tendrán que agacharse tanto para cubrirse). Tendrán que seguir el camino que hay entre esos arbustos para llegar al centro del jardín, donde hay una fuente y resguardarse detrás de las bancas de alrededor. Pero cuidado con las ventanas del castillo, vigílenlas también. Sígan por el camino paralelo a la barda y llegarán al quiosco con 4 lunas. En la parte trasera hay una tabla de la base que esta un poco más separada que las otras, empújenla hacia abajo, luego a su derecha y para adentro. Tengan cuidado con las escaleras porque son muy angostas y estará muy oscuro, pero una vez ahí ya no será tanto problema durante un rato porque nadie entra a ese corredor. Sigan por él hasta donde termina y llegarán a una pequeña habitación donde hay cuatro caminos posibles. El segundo de derecha a izquierda da a mi cuarto. Los otros dos de la izquierda son de la habitación de mis padres y el de la derecha del cuarto de Lav. Recuerden, vayan por el segundo de derecha a izquierda. Pero... no recorran todo ese pasillo, más o menos unos 20 o 30 metros después de su inicio hay una puerta del lado izquierdo. Vayan tocando la pared para darse cuenta donde está. Al llegar a esa puerta no entren... esperen a que estemos los cuatro. Si tienen a Eld en el castillo probablemente esté poco después de esa puerta y tenemos que entrar todos. Deberíamos ponernos de acuerdo en una señal de sonido para saber cuando el siguiente se aproxime. Recuerden, entraremos a esa habitación sólo hasta que estemos todos".
Así lo hicieron. Entraron uno por uno, en intervalos de 5 a 10 minutos, después de andar vagando un poco en las cercanías del castillo como si tuvieran algo que hacer para despistar. Lav no tuvo problema en recordar el recorrido pues el también vivía en el castillo, aunque no era nada común que él usara esos pasillos. Pero Sckaifer y Wasser necesitaron de unas repeticiones para memorizar todo; A pesar de que Sckaifer iría cargando a Wasser en el frasquito como siempre, Wasser quería memorizarlo también por si las dudas. El plan funcionó sin contratiempos, a excepción de que casi ve a Sckaifer un guardia que salió al jardín y volvió a meterse por otra puerta al castillo. Y estaba el detalle que Aurinko olvidó mencionar: el primer pasillo después de entrar por el quisco no era plano, subía y bajaba en intervalos irregulares.
Ya que estuvieron los cuatro junto a la puerta que Aurinko les indicó, Sckaifer fue por delante y la abrió sigilósamente. Entraron a un cuarto un poco oscuro, solamente alumbrado por un par de velas empotradas en la pared. Había otras dos puertas en los extremos de esa habitación. Las puertas se veían increíblemente resistentes y hechas de metal. La habitación era muy sencilla pero elegante; había dos sillones elegantes tapizados de color indigo. Un candelabro de tres velas apagadas colgaba en el centro. El piso tenía una alfombra que combinaba con los sillones. En una de las esquinas del cuarto estaba una alacena muy grande pero no le tomaron mucha importancia pues escucharon voces que venían de otro cuarto. Se escuchaban muy lejanas y al principio no sabían bien de cual puerta provenían. Aurinko se apresuró a escuchar por la puerta de la derecha y Sckaifer fue a la otra puerta. Lav se quedó examinando el cuarto, recordando la única vez que había estado ahí. Todos se alarmaron cuando Aurinko se despegó de golpe de la puerta y les dijo que las voces venían hacia esa habitación. Se escondieron detrás de los muebles; Aurinko detrás de un sillón y Sckaifer y Lav se fueron detrás de la gran alacena. Ellos no podían asomarse a ver sin que los descubrieran así que solo pudieron darse cuenta de lo que pasaba por el sonido. Giraron un poco la alacena para que no se viera fácilmente por quien entrara por la puerta. Aurinko estaba agachada viendo hacia la puerta por debajo del sillón cuando ésta se abrió...