martes, 12 de abril de 2011

Elments

¿Cómo sabes que es  el inicio de algo?
Muchas veces un ¨Había una vez¨ te lo decía todo, esta vez un cierra tus ojos, habré tu mente podrían bien funcionar.
Entra a una tierra de criaturas que nunca pensaste siquiera que existían. Muchos de los cuentos e historias que has leído terminan con una felicidad eterna; pero aquí la realidad es algo muy diferente; Hubo un mundo en donde comenzó todo distinto.
I.- Caminante
Por una temporada un caminante anduvo de pueblo en ciudad, nadie sabía qué hacía. Nunca se alojaba en tabernas, nunca se detenía a hablar con alguien, solo caminaba observando cuanta cosa se cruzara en su camino. Lo qu lo caracterizaba era que siempre cargaba con él una enorme pluma en su espalda, quizás de las más hermosas plumas que se podrían ver. Ésta  le sacaba una cabeza de ventaja al viajero; era de unos colores fuego, muy profundos. Con verlos imaginabas el fuego mismo. A su vez, en su cinturón, colgaba un pequeño frasco no más grande que un pulgar  y en él se encontraba una sola gota muy pequeña de una transparencia increíble pero notable a la vista.
Él tenia una apariencia despreocupada, con una mochila vieja colgada a un costado y una gabardina desteñida con el paso de los años; sus pies permanecían cubiertos por unas enormes botas que se notaban quemadas, como mordisqueadas. Casi nunca dejaba ver su rostro ya que lo ocultaba su enorme melena color tierra, pero lo único que no podía esconder era el color esmeralda de sus grandes ojos.
Un día un pequeño niño de no más de 5 o 6 años se encontraba jugando en la avenida principal de su pueblo cuando el caminante se acercó a éste.
-¿Hola! – le dijo de pronto y al haber hecho esto tan de sorpresa el pequeño se sobresaltó, cayendo encima de sus juguetes.
- No te asustes. Solo te quisiera preguntar algo - mencionó tratando de bajar un poco su tono de voz cuando de repente otra sonó.
-¡Ag! Te dije que él lo espantaría! Me debes 3 moritas.
Se creó un incomodo silencio en este preciso momento.
-¡Ttu tuu cintturon hablo! -  expresó el chiquillo señalando lo que antes había mencionado. Nuestro caminante quedó en silencio y cayó al piso sentándose en su piernas cruzando los brazos como si algo lo molestase. A los pocos segundos después otra voz se presento ante todos
-¡Tonto, tenías que hablar! Ahora sabe que eres una gota parlanchina- fue esta vez una voz femenina que denotaba un carácter fuerte.
-¡Tonta tu! Ya le confirmaste que no soy un cinturón, si no una gota.- El niño dejó de tener miedo, al parecer, porque se paró de un salto y se acercóo al viajero con una expresión un poco preocupada.
-Tu pluma gruñó...-apenas mencionado esto –¡¿QUIEN RAYOS DICES QUE GRUÑO?!- exigió saber la voz femenina de nuevo.
-Jajajaja, ¿ya ves? no te conoce tanto y ya se dio cuenta de que eres una amargada gruñona- se burló la primera voz que había hecho aparición sin ser esperada. El caminante solo se quedo en silencio esperando y pensando en cuando terminaría todo
-Tu eres Sckaife...-no terminó de pronunciar este nombre ya que la persona frente a él perdió rastro de tranquilidad y sus ojos esmeralda se transformaron cambiando a un color ametista oscuro.
-Te agradecería que no mencionaras nada, por favor.- Le mencionó, parándose frente al pequeño y triplicando su altura- Y ahora dime chico ¿sabes dónde se encuentra el reino de Aeridia?- lo interrogó con una voz mil veces más tranquila que cuando lo había interrumpido anteriormente.
-¡Sí! El reino de aire se encuentra sobre las montañas Lion teeth. – contestó un poco atemorizado el niño sin dejar de mirar cómo el ametista cambiaba de nuevo a esmerald.
–Pero ¿dónde están esas montañas?- siguió interesado nuestro paseante.

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